La psoriasis es una enfermedad de la piel autoinmune, crónica y no contagiosa que provoca inflamación y placas rojas engrosadas con descamación.
La psoriasis no es una enfermedad infecciosa y por tanto, no se puede contagiar. Es imposible transmitir la enfermedad a otra persona, aunque haya contacto físico directo con las zonas de piel afectadas.
Puede empezar a cualquier edad, aunque hay 2 picos en los que el diagnóstico de la enfermedad es más frecuente: entre los 20 y los 30 años y entre los 50 y los 60 años. Aproximadamente, el 75% de los pacientes se diagnostica antes de los 40 años. Se presenta por igual a hombres y mujeres y su curso es impredecible.
Aunque afecta a cualquier raza, es más frecuente en la caucásica o blanca y es menos frecuente en los indígenas americanos y australianos. Afecta por igual a hombres y mujeres. No se trata de una enfermedad rara, un 2% de la población tiene psoriasis.
No se conocen exactamente las causas que provocan la psoriasis. Se sabe que un tercio de los afectados tienen antecedentes familiares. Los hijos de una persona con psoriasis tienen más probabilidades de padecerla, pero no forzosamente va a ser así.
En la psoriasis, las causas que pueden desencadenar la manifestación de la enfermedad o un brote son el estrés emocional y la tensión psicológica, los cambios en el clima, traumatismos y heridas en la piel, algunas infecciones y algunos medicamentos. Las infecciones respiratorias pueden empeorar la psoriasis.
No existen alimentos que mejoren o empeoren la psoriasis. Sin embargo, una alimentación equilibrada, rica en verduras, legumbres, cereales y baja en grasas de origen animal, hará que tu salud general mejore. El sobrepeso y la obesidad provocan una peor evolución de la psoriasis y que sea más difícil de controlar. Para controlar el peso, es importante hacer ejercicio físico a diario, como mínimo caminar 30 minutos a paso ligero.
Actualmente no existe ningún tratamiento ni cura definitiva. Sí existen tratamientos que reducen la actividad de la enfermedad y pueden incluso hacer desaparecer las lesiones mientras se mantenga el tratamiento. La enfermedad también puede remitir de forma espontánea y no manifestarse durante meses o años. Pero hay que tener en cuenta que la psoriasis, sin tratamiento, puede volver a aparecer en cualquier momento.
En la actualidad hay tres grandes grupos de tratamientos contra la psoriasis que se pueden administrar de forma combinada o alterna. No existe un único tratamiento, sino que cada paciente requiere uno específico que debe escoger junto con el dermatólogo que le informará de las mejores alternativas.
En algunas ocasiones las lesiones pueden picar y doler. Una de las formas más sencillas de controlar el picor es mantener la piel hidratada con cremas y emolientes. Las lesiones pueden doler cuando se producen grietas o fisuras por el grosor y la sequedad de la piel. Suele suceder sobre todo en las placas de psoriasis en las manos y los pies, o cuando las placas son muy gruesas y están secas por falta de tratamiento e hidratación.
Los cambios hormonales del embarazo tienen efectos impredecibles en el caso de la psoriasis. Normalmente suele mejorar, pero en algunos casos empeora. También es posible que las mujeres que notan una mejora durante el embarazo empeoren después del parto.
La psoriasis es una enfermedad de la piel autoinmune y sistémica que también puede afectar las articulaciones y otros órganos y repercutir negativamente en la salud.
Las psoriasis graves, si no se tratan, pueden tener consecuencias a largo plazo. Controlar la psoriasis con tratamiento evita, en gran parte, que derive en obesidad, diabetes, hipertensión, aterosclerosis y enfermedades cardiovasculares. Por eso, es fundamental seguir el tratamiento adecuado para controlar la enfermedad bajo control y disminuir así estos riesgos.
Alrededor del 30% de las personas que tienen psoriasis desarrollan artritis psoriásica. Puede aparecer en cualquier momento, pero es más probable entre los 30 y 50 años.