La psoriasis es una enfermedad de la piel autoinmune, crónica y no contagiosa que provoca inflamación y placas rojas engrosadas con descamación.
La psoriasis es una enfermedad de la piel, crónica, recurrente y no contagiosa. La piel se inflama y se producen unas placas rojas engrosadas con descamación blanca. Es una enfermedad relativamente frecuente; en un estudio publicado en España en 2001, la prevalencia de la psoriasis era de 1,4%, mientras que en otro estudio publicado en 2014 mostró una prevalencia del 2,3%.
Se trata de una enfermedad autoinmune que tiene su origen en un desequilibrio del sistema inmunitario. El factor genético es importante en la psoriasis, ciertas personas tienen predisposición genética a padecer la enfermedad.
La psoriasis aparece en forma de brotes que pueden desencadenarse o empeorar por factores ambientales. Algunos de estos factores son infecciones, algunos fármacos, el estrés, factores climáticos como la falta de sol en invierno, lesiones en la piel, fumar o el consumo excesivo de alcohol. Por ejemplo, la psoriasis guttata es un tipo de psoriasis que suele desencadenarse después de una amigdalitis estreptocócica.
No existe una cura definitiva, pero se pueden controlar las lesiones de la psoriasis con tratamiento.
La psoriasis, frecuentemente, aparece asociada a otras enfermedades. La más conocida es la artritis psoriásica. Con menor frecuencia puede asociarse a enfermedades como hipertensión arterial, síndrome metabólico y dislipemias, depresión, obesidad y diabetes.