La espondiloartritis axial es una enfermedad reumática autoinmune que afecta principalmente a la columna vertebral
La espondilitis o espondiloartritis axial es una de las enfermedades de la familia de las espondiloartropatías. La espondiloartritis axial o se divide en dos tipos según sus manifestaciones:
- La espondiloartritis axial no radiográfica es una forma inicial de la enfermedad que no se detecta mediante radiografías, porque no hay lesiones en la columna. En ocasiones nunca aparecen, aunque progrese la enfermedad
- La espondilitis anquilosante, también conocida como espondilitis anquilopoyética, es una forma más avanzada, cuando ya hay daño estructural. También es la denominación más conocida de esta enfermedad.
La espondilitis axial es una enfermedad sistémica que puede afectar a otros órganos del cuerpo. Algunos pacientes pueden manifestar cansancio, febrícula, pérdida de apetito, fatiga o dolor y enrojecimiento de los ojos. En muy pocos casos, incluso puede haber inflamación en órganos como pulmones y corazón. La espondilitis también puede afectar a los tendones de la caja torácica, disminuyendo así la función de los pulmones.
La espondiloartritis axial aparece habitualmente entre los 20 y los 30 años de edad y rara vez por encima de los 45 años.
La espondiloartritis juvenil es otro tipo de espondiloartritis que afecta a menores de edad, pero con síntomas y efectos diferentes a la EA.
La Espondilitis axial no radiográfica afecta igual a hombres o mujeres, pero la espondilitis anquilosante es algo más frecuente en varones.
Actualmente no se conocen las causas que producen la espondilitis axial. Sin embargo, en el caso de la espondilitis anquilosante se sabe que afecta con más frecuencia a las personas que presentan el marcador genético denominado “antígeno HLA-B27” que se transmite por herencia genética.
Los síntomas de la espondiloartritis axial, como el dolor y la inflamación, sí son reversibles y con un tratamiento adecuado mejoran en poco tiempo. 1,2 Actualmente, ni la espondiloartritis en general ni la espondilitis anquilosante tiene cura. Se trata de una enfermedad crónica en la que los tratamientos ayudan a conservar y proteger las articulaciones y mejoran la calidad de vida del paciente